Ruta de Bécquer
La ruta transcurre por el camino que recorría el poeta sevillano entre el hotel que lleva su nombre en Balneario de Fitero y el cenobio cisterciense. Un recorrido por el camino denominado “El Soto” que inspiró al genial escritor dos de sus leyendas más conocidas,“La Cueva de la Mora” que todavía se puede visitar y “El Miserere”.
- La Cueva de la Mora
Se desarrolla durante la Reconquista. Cuenta la historia de un caballero cristiano que se enamora de la hija mora del alcaide del castillo mientras está allí retenido. El caballero es rescatado, pero decide volver al castillo a por ella.
- El Miserere
Es un cuento gótico donde lo insólito y lo sombrío se aúnan para contarnos la historia de un músico que buscando inspiración para crear un miserere -cántico de un salmo del Antiguo Testamento-, que le ayude a redimir las culpas del pasado, recalará en la abadía de Fitero; allí le hablarán del extraño suceso que ocurre cada Jueves Santo en el monasterio –en un cóncavo peñón, de donde nace la cascada, que, después de estrellarse de peña en peña, forma el riachuelo que viene a bañar los muros de esta abadía-, y donde aseguran se ven unas luces y se oyen los cánticos lúgubres de un miserere entonado por los monjes ya fallecidos.
Ambas leyendas fiteranas fueron publicadas por Gustavo Adolfo Bécquer en el diario madrileño El Contemporáneo. Concretamente, El Miserere vio la luz en el número 402, del 17 de abril de 1862 y, por su parte, La Cueva de la Mora lo hizo en el número 626, del 16 de enero de 1863.
Puntos de interés turístico durante el recorrido
La Cueva de la Mora
Es la cueva que inspiró a Bécquer para escribir su leyenda “La Cueva de la Mora” que narra una historia de amor entre un joven cristiano y una joven mora en estos parajes.
Elera de San Valentín o de los frailes
El nombre de elera es un navarrismo con el que se designa a una nevera (el lugar donde se guarda y conserva la nieve). Se construían para recoger la nieve abundante en invierno y guardarla en ellas, en forma de hielo, para venderla en el verano. La primera noticia sobre la existencia de eleras en Fitero data de 1614 año en que se construyó la elera del Soto. La de San Valentín es la única cuyo edificio, compuesto de un pozo cilíndrico cubierto de una cúpula (poligonal de 16 lados) superpuesta, se conserva en la actualidad.
Castillo de Tudején
En lo alto de un risco, defendiendo el paso por el río Alhama se conservan restos de la torre de homenaje y de un edificio con techo abovedado. En este lugar se firmó el Tratado de Tudilén entre el Reino de Castilla y el Reino de Aragón en 1151.
Se encuentra al sureste de los Baños, en la margen derecha del río Alhama. Aún se conservan restos de su torre del homenaje y algunas viviendas. Sus primeras documentaciones datan del siglo XII aunque se cree que fuera construido en tiempos de la ocupación árabe.
Vegetación
Al pie y a los bordes del camino en diversos lugares del recorrido contemplamos algunos restos de vegetación propia de los antiguos sotos originales, tales como álamos, tamarices, chopos, olmos, carrizos, cañas, cola de caballo, y otras.
Pasados los terrenos de terraza y los cantos rodados, el substrato cambia bruscamente a yesos de origen muy antiguo, triásicos y con ellos la vegetación, colonizada por un típico matorral mediterráneo gipsícola (propio de yesos) muy rico en arbustos aromáticos como el tomillo, lavanda, romero, y ontina, algunos arbustos de gran talla, tales como el escambrón,
Itinerario del Circuito de Roscas
Un sorprendente recorrido por el enigmático paraje de Roscas, de una gran calidad paisajística. El principal atractivo del recorrido lo encontrará en la espectacularidad geomorfológica de macizo, formando por conglomerados compuestos por una variada gama de bloques y cantos de tamaño variables a lo que se le denomina como “las Roscas”.
La erosión ha dado lugar a la alternativa de entrantes y salientes en las paredes rocosas, legándonos así sus pintorescas y singulares formas cuya imagen se ve mutada en función de la distinta posición e iluminación del astro rey.
Los orígenes de esta formación se remontan 25 millones de años atrás, cuando depósitos procedentes de la Cordillera Ibérica se acumularon en la gran fosa tectónica del Ebro. Desde su cima se tiene una magnífica vista de la ribera del río Alhama y de los pueblos más próximos.