Don Manuel García Sesma nació en Fitero el 10 de enero de 1902 y ya con nueve años, como el mismo narraba, ejercía como botones en el Baño nuevo.
Comenzó su carrera eclesiástica en el Seminario Conciliar de Tudela, donde entabló amistad con Don José María García Lahiguera, fiterano, obispo y fundador de la Congregación de las Oblatas. Esa amistad fue la que hizo que el Obispo prologase la obra de Don Manuel “La Iglesia Cisterciense de Fitero”.
Él mismo reconoce que sintió la vocación sacerdotal pero, como recogió en la revista Fitero 1984, “la efervescencia liberal de Tudela, en la época mendezviguista, así como la agitación obrera en las principales ciudades de España, empezaron a formarme una conciencia progresista, cada vez más alejada de la mentalidad predominante entre el clero navarro; por lo que, antes de ordenarme, abandoné el Seminario.”
Tras abandonar el Seminario impartió clases de latín, durante el curso de 1924-25 para posteriormente realizar el servicio militar y, posteriormente, trasladarse a Madrid donde ejerció la docencia.
Tras participar en la guerra, en el ejército de la República vivió en el exilio desde el 9 de febrero de 1939, primero en Francia y luego en México desde el 1 de agosto de 1947.
Regresó a España, el 1 de Julio de 1973, e ingresó en la Residencia “San Raimundo” de Fitero, gestionada por las Hijas de la Caridad de Santa Ana, el 1 de agosto de 1974. Falleció en dicha residencia el 15 de marzo de 1991.