EL ANTES Y EL DESPUÉS DEL CLAUSTRO, NUEVE AÑOS DE REHABILITACIÓN

El conjunto monástico de Fitero forma parte desde 2008 del repertorio de Maravillas de Navarra establecido por el Gobierno Foral: justo el mismo año en el que se dio inicio a las obras de rehabilitación y restauración del claustro.

El poeta y escritor fiterano Manuel García Sesma describe en su libro La iglesia cisterciense de Fitero todas las maravillas de este monasterio al detalle, pudiéndose resumir su trabajo con una frase que recoge de Vicente Lampérez y Romea, quien escribía en 1905: “La arquitectura del Císter no produjo en España nada tan grandioso”.

El claustro se configura como auténtico corazón de todo el monasterio; por él se accedía a la mayor parte de las dependencias, servía de lugar de reflexión y lectura, de espacio en el que descansar, de manera que tenía suma importancia en la vida diaria. El nuestro todavía conserva gran parte de la decoración y gracias a los intensos esfuerzos de mejora de estos años podemos contemplar de nuevo el legado que nos dejaron aquellos monjes.

En el año 2008 se empezó a llevar a cabo este ambicioso y complejo proyecto promovido por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra y el Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana. La revista Fitero empezó a comentar como hito que en el último trimestre de aquel mismo año comenzarían las obras, cuyo coste rondaría los 6.000.000 de euros. La financiación iba a proceder íntegramente del Gobierno de Navarra con apoyo de los fondos de FEDER, comenzando la obra por la cubierta del Teatro Calatrava. En aquel entonces se creía que los trabajos iban a prolongarse durante unos 4 o 5 años… ¿Quién se iba a imaginar que al final serían nada menos que 9?

Una vez puesto en marcha el proceso, para 2009 ya estaba finalizada la primera fase con mucho esfuerzo debido a la gran crisis que todavía daba sus primeros pasos y en la que nos encontrábamos sumergidos. Pese a esta problemática sobrevenida, las obras continuaron y el siguiente objetivo fue realizar una crujía completa del claustro por año, intentando respetar sus características originales.

Entre 2009 y el año 2010, procurando ceñirse al ritmo de completar una etapa por año, se completó la segunda fase, consolidándose la cimentación del muro perimetral en el ángulo sureste que había resultado afectado por el hundimiento de la biblioteca. Esto se logró rellenando el túnel entre la bodega abierta bajo el dormitorio viejo y el sótano situado por debajo del antiguo refectorio. Especialmente compleja resultó la obra que se realizó para reconstruir los contrafuertes: se encontraban en un lamentable estado de conservación debido a haberse levantado con sillares de arenisca muy débil que se deshacía a gran velocidad tras siglos a la intemperie. En este proceso se decidió quitar todos los de un ala a la vez y sostener esa parte con grandes apeos. La piedra utilizada en la construcción de los nuevos contrafuertes fue extraída de Artajona, localidad de la zona media de Navarra.

La fase del año 2011 se basó en la consolidación de la estructura de la crujía norte. En esta zona la obra fue complicada, debido a que esta ala quedo prácticamente en el aire, sostenida por los gatos hidráulicos. Posteriormente los esfuerzos del equipo de restauración se centrarían en las dos restantes pandas de las caras oeste y sur, aunque sin llegar todavía a reparar la esquina hundida en torno a los años 80 del XIX.

Ya en el 2013 las obras se centraron en el rincón suroeste, la cubierta, y en la parte del alto claustro con las crujías y las bóvedas. Lo más curioso en esta fase fue el hallazgo de varias sepulturas de los siglos XIV Y XV en buen estado de conservación, recubiertas de una capa de piedra y con los bordes de madera aunque. También se detectaron otras tantas sepulturas anteriores que directamente habían sido escavadas en la tierra. Acaso el hallazgo más espectacular de esta serie fue el del esqueleto de una mujer embarazada que murió de parto, que aún presentaba el cuerpo de su bebé atrapado en la cadera, lo cual debió de causar el fallecimiento de ambos.

En la sexta fase y séptima fase, durante los años 2014 y 2015 se actuó sobre las bóvedas hundidas que hemos citado anteriormente, en varios parámetros del claustro alto como en la escaleta de subida al coro y en la panda oriental del claustro bajo, incluyendo la sala capitular.

Ya en el año 2016 y afrontando la última fase se repararon las bóvedas, se hicieron añadidos en madera y se realizaron las labores de jardinería.

En total el coste final de la obra ha  sido de poco más de 6 millones de euros.

El claustro se abrió al público el 12 de abril de este mismo año, y durante un fin de semana se realizó la primera jornada de puertas abiertas para que todos los fiteranos y allegados al pueblo esos días pudiesen contemplar esta excepcional obra después de 9 años de permanecer cerrada al público. Muchos vecinos del pueblo que han corrido, jugado, han hecho reportajes de boda y han disfrutado del claustro durante su vida, han manifestado cierta sorpresa por la diferencia que encuentran ahora en comparación a sus recuerdos de cómo lo conocieron antaño.

Debemos estar muy contentos con esta obra por la gran acogida que ha tenido durante estos 11 meses de apertura. Los turistas llegados de rincones de toda España, destacando las comunidades que más turistas nos han aportado (Madrid, País Vasco, La Rioja, Aragón, Navarra y Cataluña), incluso de otros países, llegando a cruzar el charco para observar el Fitero Cisterciense (México, Argentina, Francia, Alemania, Holanda…). Desde el mes de abril la Oficina de Turismo ha registrado un total de 13.286 visitas (de las cuales más del 70% han sido guiadas), todo un record que demuestra el interés que está despertando este monumento.

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